Hace aproximadamente un millón de años, las frías aguas del arroyo de Valporquero empezaron a colarse a través de los poros, fisuras y grietas de la roca caliza. Tuvieron que pasar años, siglos y milenios para que la naturaleza nos mostrara el fantástico mundo subterráneo que fue modelando sabia y pacientemente.
A 1.309m de altitud, bajo el pueblo de Valporquero, el corazón de la montaña leonesa abre una inmensa boca por la que, acompañados de un cristalino arroyo, podemos descubrir ocultas e increíbles maravillas subterráneas. Caminos, puentes, escaleras y multitud de focos nos acompañan durante 1km.de recorrido, permitiéndonos admirar la gran obra de arte que la naturaleza ha ido modelando durante más de un millón de años. Estalactitas, estalagmitas, coladas y columnas de diferentes brillos y colores se suceden a lo largo de siete salas visitables.
Abierta al público por la Diputación de León desde 1966, la Cueva de Valporquero, ofrece hoy un completo día de ocio, tanto en su visita interior como en su maravilloso entorno natural dotado de aparcamiento, merenderos públicos, fuente, parque infantil, cafetería-restaurante y otros servicios destinados a la satisfacción del visitante.
Pequeñas Maravillas
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Es la Primera sala que se visita, tras un bonito lago iluminado. El trayecto rodea la sala por unas empinadas escaleras y bajo un techo repleto de finas estalactitas. El colorido es excepcional, desde el blanco puro o traslúcido hasta el rojizo intenso de los óxidos de hierro. |
Gran Rotonda |
Sus dimensiones hacen enmudecer. Con sus 5.600 m2 de superficie y sus 20 metros de altura es la mayor sala visitable del Complejo. |
Hadas |
El acceso a hadas discurre paralelo al río por una estrecha galería que el camino recorre hasta un pequeño mirador. Desde aquí, nos asomamos al vacío, a una profunda sima que engulle las aguas del río tras un estruendoso salto de 15 metros. Es una conexión con el nivel inferior de la Cueva, con el “Curso de Aguas”. |
Cementerio Estalactítico
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Todo parece indicar que una serie de desprendimientos y sedimentos del río produjeron el taponamiento parcial. El camino se abre paso a través de un suelo repleto de estalactitas y estalagmitas de negruzcos colores que se desparraman desordenadamente formando un verdadero “cementerio estalactítico”. |
Columna Solitaria
Casi en el centro de la sala caprichosamente situada, una esbelta columna asciende varios metros hasta perderse entre una multitud de agujas estalactíticas, “La Columna Solitaria” Parece haber escogido el sitio adecuado, el lugar idóneo para ser admirada y rodeada por cuantos visitantes transiten bajo su techo. |
Enlace a la página www.cuevadevalporquero.es